01 abril, 2006

Epidemias

Una parte de mi libro de memorias está dedicado a la recopilación de una corta pero selecta serie de maravillosas anécdotas escritas por Chema Esteban. Mi agradecimiento por su colaboración.
(...)
Sucedía que en la UNI cada dos por tres venía alguna pequeña epidemia, algo que considerábamos normal entre una población de chavales que estaban todo el tiempo en contacto. Vamos, que aparecía un buen día uno con catarro y fiebre, iba a la enfermería y como le ingresaran ¡zas!, automáticamente sabías que muchos compañeros, bien de la habitación, bien del aula o del colegio, pasarían por una breve estancia en aquellas peceras, que es lo que parecían las habitaciones de la enfermería. Claro está que yo me sé de algunos casos que con el fin de evitarse las clases se pasaban todo el día esperando consulta. Preguntaban a los pacientes reales sus síntomas para después narrarlos al personal médico como propios.
Pero fíjate tú que apareció un brote de una terrible enfermedad: la meningitis. Desgraciadamente se murió un chico de la cuarta residencia y apareció algún caso más en su misma habitación. En fin, que visto lo visto, y ante el temor de que se pudiera extender la enfermedad, las autoridades sanitarias de la UNI nos suministraron obligatoriamente unas pastillas para evitar el contagio. Una de las bondades de aquellas partillas es que provocaban un gracioso pis de color rojo chillón. Aún me acuerdo de primero que descubrió el hecho.
- ¡Oye tío, no que me pasa pero es que meo colorao! ¡Que parece ser que es de las pastillas!
Ante tamaño fenómeno yo creo que todo el personal tratamos de hacer ganas de miccionar para comprobarlo personalmente. Efectivamente tenía razón, tal como fuimos comprobando poco a poco. Los siguientes días todos los urinarios de la UNI aparecieron teñidos de un llamativo color rojizo. Las pastillas estaban haciendo su efecto, creo yo.
(...)
Al hilo de estos hechos, el director del Colegio Búho convocó con urgencia una asamblea extraordinaria. La causa era lanzarnos un buen rapapolvo. Algún alumno había mandado una carta a la familia notificando que éramos víctimas de una pandemia de alcance inimaginable. Más o menos informaba a sus padres, con mucha imaginación, que la UNI estaba sometida a un Estado de Cuarentena. Que estábamos rodeados por la Guardia Civil y el Ejército para impedir que ningún alumno se saliera del Centro, y que estaba cayendo gente como moscas, bien víctima de los disparos de la Guardia Civil, tratando de huir del Centro, bien víctima de la peste negra que asolaba el recinto. Evidentemente, el padre de aquella criatura, ante las noticias tan alarmantes, se había puesto en contacto urgente con el director del colegio Búho para pedir explicaciones. Eso es lo que provocó las iras del dire que se encargó muy bien de repartir entre todos en la mencionada asamblea.

6 Comments:

At 10:20 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hola:
me llamo Antonio, y al leer lo de las epidemias, los casos de meningitis y la orina roja, ya no me han quedado dudas. Yo también estuve en una habitación 12, aula 3, pero en el Buho.
Ese colegio quedó disuelto tras el primer año (6º de EGB), dispersando a sus alumnos entre los restantes cinco colegios de la segunda residencia. Eso era fácil, pues el Buho era el único colegio "mixto" en aquel momento(eso significa que había tres aulas de francés y dos de inglés, no seáis mal pensados). Y en el Buho realojaron a la mayoría de alumnos valencianos de nuestra promoción, de manera que dicho colegio podía cerrar los fines de semana. Yo pasé después a un colegio de francés, el Cormorán (cuarta planta) y fui a parar a una habitación que todo colegio solía tener, cuyos inquilinos se distribuían entre las cinco aulas. La integración en el segundo colegio tuvo sus más y sus menos al comienzo. Pero mis mejores recuerdos en cuanto a funcionamiento colegial pertenecen a mi primer año en el Buho. Eso fue principalmente obra de su antiguo director, Don Manuel, aquel tipo físicamente tan pequeño, pero de aquella talla humana tan enorme. No hace mucho me enteré de que falleció por problema cardiacos. Para él mi más sincero reconocimiento.

Posterioremente, cursando BUP en el CEI de Logroño, conocí a algunos chavales del Agila, con los que aún me ve de cuando en cuando.
Enhorabuena por el blog, Francisco.
Un saludo, ANtonio

 
At 1:39 a. m., Anonymous Anónimo said...

Joer, no me había vuelto yo a acordar de aquella movida de la meningitis y del pis rojo. El niño que se murió era de 6º del jabalí. Tuve pesadillas con su cama vacía hasta la pubertad. Saludos...

 
At 4:26 p. m., Blogger Tommy said...

Recuerdo perfectamente aquella situación, tal y como la describes, al igual que la reunión. Yo cursé 7 y 8 en el colegio Buho, procedente del Anguila, donde hice Sexto. Algún alumno de aquella promoción?. Estaría muy bien poder contactar con alguien de aquellos años, 76 al 79.

 
At 10:13 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hola, soy Andrés Garlito Toresano, recuerdo esos días de los años 76/79 en el Colegio Aguila,y yo también recuerdo aquél compañero que murió de meningitis, recuerdo que cuando nos dijeron los posibles sintomas, a continuación todos a la enfermeria con dolores de cabeza, zona del cuello, etc..., también he recibido el libro, ,lo leí del "tirón", con emoción y añoranza. Parece mentira como se pueden olvidar los malos momentos ¡¡¡que los hubo¡¡, y sólo recordar los muchos y ¡¡¡buenos¡¡¡
Un entrañable saludo para todos, a los del Colegio Buho no tanto, ¡¡¡ por los "piques" entre ambos colegios¡¡, .....es broma, de verdad un saludo para todos.-

 
At 8:02 p. m., Blogger Carlos Crespo said...

Muy buenas, pues sí, yo tambíen viví el asunto de la meningitis en el jabalí, aún recuerdo el nombre, pero no recuerdo su cara, llevavamos poco tiempo de curso, si recuerdo la cara del compañero que también contrajo la enfermedad y consiguióe sobrevivir.
Lo que no me enteré es de lo que comenta el compañero con la alarma creada.
hay que ver como pasa el tiempo.
un fuerte abrazo para todos los alumnos, especial para los del jabali y despues venado...

 
At 12:58 a. m., Anonymous Anónimo said...

Efectivamente, yo también estuve en el Jabalí/Venado y recuerdo perfectamente las pastillas que nos hacían mear rojo.
Al chico que murió no lo recuerdo tanto, pues llevabamos poco tiempo, pero tengo grabada la cara de nuestro director (Miguel Moreno, si no recuerdo mal) cuando nos dió la noticia.
No se si recordais que también se murió una profesora, se desmayó cuando daba clase (creo que de historia) y murió a los pocos días. Yo estaba en esa clase cuando pasó.
Para finalizar, los recuerdos (aparte de estos) son espectaculares, impresionantes, y me encanta compartirlos.
Miguel Cacho
Jabalí/Venado
78-81

 

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