HOY es el 30 aniversario
Hoy se cumplen 30 años. Aquel martes 5 de octubre de 1976 dejamos nuestros hogares, emprendimos un viaje a lo desconocido, y por fin llegamos e ingresamos en la UNI de Cheste. Supongo que el centro fue llenándose a lo largo de la tarde y los chicos irían teniendo sus primeras experiencias (mayoritariamente traumáticas) en esas horas. Puedo imaginarme esa primera cena, seguramente extraña y triste... En mi caso, nada de nada, mi única percepción visual de ese día fueron oscuridades y sombras. Y es que los gallegos tardábamos lo indecible en recorrer la enorme distancia que nos separaba, máxime con las carreteras de la época. Llegamos muy tarde, ya de noche y yo solo pude intuir las enormes sombras de los edificios. De entre las sensaciones, la más potente que tengo en la cabeza es la del penetrante olor de los suelos del dormitorio. Fue al día siguiente, en mi “despertá”, cuando de repente se materializó todo ante mí. Mi transición fue abrupta. De repente me desperté allí metido. Han pasado tres décadas, toda una vida según los estándares de no hace muchas generaciones. ¿Que éramos antes de Cheste?, supongo que teníamos todas las potencialidades, pero fue en la UNI donde realmente empezamos a exprimirlas. Puede decirse que nuestra infancia acabó ese día, al final de nuestros primeros 10 años. Muy rápidamente empezamos a hacernos hombres, aún metidos en aquellos cuerpos de niños. Y no lo digo con tristeza, me limito a constatar la realidad. En aquella época, todos queríamos crecer y hacernos adultos lo antes posible. A nuestra infancia, ni la volvimos a mirar, no nos interesaba en absoluto. Cheste supuso el principio de un largo viaje. Hemos recorrido muchos lugares y vivido muchas experiencias. Ahora, ya en la cuarentena, tal vez sea un buen momento para reflexionar. En mi caso, he disfrutado mucho este año restaurando mis bancos de datos mentales y rescatando un enorme patrimonio emocional que creía olvidado. Pero lo mejor fue volver a estar con muchos de vosotros y ver lo fácil que es establecer una comunicación cálida y sincera. En fin, esto no es más que otro hito en el camino. Pero creo que a partir de ahora lo recorreré con nuevos (a la vez que viejos) amigos de entonces. Os deseo un feliz aniversario.